“Basta. Distancia”. Dijo apartándose y lo increpó: “No me toques”. Él resolvió que era hora de definiciones. Ella sabía que ese momento no tardaría en llegar.
Al cruzar la calle en la noche sintió frío. Pensó que ella no estaría en su casa y se molestó. Sin embargo, su flaca figura esperaba en el palier mordiéndose las uñas. El se miro las propias y se dijo que era en vano pensar que la onicofagia es un mal que no debiera atacar a las mujeres. Ella se acercó para besarlo y él se dejo besar. “¿Subimos ó preferís caminar por ahí?”, preguntó con deseo de recorrer la ciudad en la noche de calor tardío de mayo. El poeta no tolera demasiado el outdoor. Dice que las paredes lo inspiran y las calles lo aturden.
Ella destapó cerveza negra, él sonrió asintiendo y sentenció: “Cerveza negra, para el herido de sombras”. “¿Herido?”, preguntó ella. “Herido es lo de menos -dijo él-. Desde el onceavo piso del infierno, el problema son las sombras”.
Creyó que ese era un tipo del que podía enamorarse. A las pocas semanas de conocerlo temió que él tuviera la tendencia a construir idilios allí donde no los había, o allí donde podría haberlos siempre y cuando ella lo decidiera. El aclaró el panorama mientras fumaba un cigarrillo en la cama: “Me sumerjo en el contexto, en este momento vos sos mi diégesis, el resto: instantáneas para el anecdotario. No lo preguntes”.
Una noche Helena se acercó y sin saludar le preguntó al poeta mirándolo a los ojos: “¿Qué onda?” A lo que él respondió sin titubear, tomándola de la cintura: “Toda, por lo pronto”. Alguna vez ella le confesó que tras esa noche tal vez ya nunca pudiera volver a mirarlo a los ojos. Le dijo que era the man with the warmest eyes.
Una siesta, el poeta le acariciaba la espalda y recitaba:
- Es extraño que no amanezca / si mi sombra va cubriendo tu disfraz.
Y también
- La noche no quiere venir / para que tú no vengas ni yo pueda ir.
Después:
- Lejos de amanecer / vi tu rostro luna en mi cristal.
Y también
- Como la flor del jazmín, todo pierde su aroma a la salida del sol.
Andino, Lorca, Spinetta, Süskind, el poeta recitaba con el beso en la espalda de Helena. Ella giró bruscamente y sin mirarlo le gritó en un susurro: “Hey, parezco un cuadro en exposición; hablas de mí, pero no conmigo ¿Qué hago yo acá parada mientras tanto? Me aburro…”
El dejó de recitar para siempre. No sin antes decirle: “Helena se aburrió. Bien. Contra un sentimiento no se puede luchar”.
Ella sonrió y lo abrazó. Se besaron dulcemente. Charlaron nimiedades. Pronunciaron entre risas apellidos alemanes. La tarde cayó y, con la noche, el frío del invierno que no quería llegar fue tomando forma. Se abrigaron. Caminaron unas cuadras hasta donde la sombra se les bifurcaba. Parecían normales. Alguna vez se habían despedido con una infinita tristeza que supieron solucionar con un beso y una sonrisa. “Yo te beso, te sonrío, pero… ¿y después?”, quiso saber ella. El dejó de recitar para siempre. No se preguntaron nada. Sólo se besaron por última vez para siempre en una esquina, como si tuvieran el mundo por delante. Tenían toda la poesía por detrás. Y hay lugares de los que no se vuelve. En su libreta, el poeta había escrito:
I.
Sentado en “El Durante”
Café de por medio
Leyendo el diario de mañana
A punto de narrar
El momento en que tomé tu cintura, tu talle y el resto…
II.
Orillado de poesía
Recorro tu rostro en busca
De una línea, un gesto, una distancia
Que remita al nombre que nos nombra
Orillado de infinito
Deslizo mi silencio por tu rostro
Y busco un verso
Una canción
Una mirada
El deseo de volver a la noche.
III.
Morir hasta mañana
La voz ronca o tomada
Dormir mientras tanto
Y, en “El Durante”,
Creer que es tu cuerpo el que amanece
Cuando yo muero hasta mañana
En tus secretos.
IV.
Mi casa es tu sonrisa
Durmiendo en el silencio de la noche
En la soledad de los pastos.
V.
Me dijo: Hey, parezco un cuadro en exposición;
Hablas de mí, pero no conmigo
¿Qué hago yo acá parada mientras tanto? Me aburro…
Entonces dejé de recitar para siempre.
Sentí que les debía un epílogo.
El dejó de recitar para siempre. No sin antes decirle: “Helena se aburrió. Bien. Contra un sentimiento no se puede luchar”.
Ella sonrió y lo abrazó. Se besaron dulcemente. Charlaron nimiedades. Pronunciaron entre risas apellidos alemanes. La tarde cayó y, con la noche, el frío del invierno que no quería llegar fue tomando forma. Se abrigaron. Caminaron unas cuadras hasta donde la sombra se les bifurcaba. Parecían normales. Alguna vez se habían despedido con una infinita tristeza que supieron solucionar con un beso y una sonrisa. “Yo te beso, te sonrío, pero… ¿y después?”, quiso saber ella. El dejó de recitar para siempre. No se preguntaron nada. Sólo se besaron por última vez para siempre en una esquina, como si tuvieran el mundo por delante. Tenían toda la poesía por detrás. Y hay lugares de los que no se vuelve. En su libreta, el poeta había escrito:
I.
Sentado en “El Durante”
Café de por medio
Leyendo el diario de mañana
A punto de narrar
El momento en que tomé tu cintura, tu talle y el resto…
II.
Orillado de poesía
Recorro tu rostro en busca
De una línea, un gesto, una distancia
Que remita al nombre que nos nombra
Orillado de infinito
Deslizo mi silencio por tu rostro
Y busco un verso
Una canción
Una mirada
El deseo de volver a la noche.
III.
Morir hasta mañana
La voz ronca o tomada
Dormir mientras tanto
Y, en “El Durante”,
Creer que es tu cuerpo el que amanece
Cuando yo muero hasta mañana
En tus secretos.
IV.
Mi casa es tu sonrisa
Durmiendo en el silencio de la noche
En la soledad de los pastos.
V.
Me dijo: Hey, parezco un cuadro en exposición;
Hablas de mí, pero no conmigo
¿Qué hago yo acá parada mientras tanto? Me aburro…
Entonces dejé de recitar para siempre.
Sentí que les debía un epílogo.
Rafael Flaiman
para Joystink
San Pedro, Bs. As.
Agosto 2008.
7 comentarios:
Bajo el mar, eres ballena, comes caviar, eres feliz!!!
Con ese no nos vamos a hacer millonarios Ariel, cuando hagamos el nuestro nos vamos para arriba como pedo de buzo!
Besos Ale, besos Balle
ale gracias por poner mis cuadros! te quiero amiga!besoss
Jessica: Hermoso tu cuadro, tal vez de eso hablaba ELLA cuando decía "soy un cuadro en exposición"... Bellísimo. Ale: agradezco tamaño acierto para ilustrar el textito. (El Autor)
que malo nani eso de la balle!!!
yo defiendo a jesi y a su arteee vieja!
TOPO DISSAPPEAR!
topo! ponete una remera rayada y te buscamos!!!
me gustaron las dos y la combinacion de ambas, texto e imagen,felicitaciones a ambos.... jesi me encanto tu texto y rafael no te conozco pero genial como pintas!
nani?? porq me decis balle???? ajajajjajajaajjajajajaja
vos alejandrita no te metas q la cosa no es con vos, no entendes nada! y al rayado si lo encuentran lo llevan a perder
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